Cuando la necesidad se convierte en virtud

Desde hace ya algún tiempo venimos dando muestra de que la afición zaragocista se encuentra algo divida. Los que apuestan por no cesar en actos de acoso y derribo contra nuestro “querido” Agapito y los que prefieren centrarse en apoyar al equipo dejando al margen a nuestro polémico presidente. No voy a ser yo desde aquí quien se pronuncie a favor o en contra de alguna de estas dos corrientes.

“Agapiradas”, “Agapitadas”, hermanamientos con aficiones rivales, concentraciones y demás actos reinvindicativos han creado una gran unión entre cierta parte de los aficionados zaragocistas pero como lo que ha conseguido nuestro “amigo” Del Cerro Grande no la ha hecho nadie. Y es que hoy nuestra masa zaragocista se siente más unida que nunca y tiene un enemigo común que combatir a muy corto plazo: los árbitros. Proagapitistas y antiagapitistas nos hemos unido en un frente común: mostrar nuestro máximo descontento con las actuaciones arbitrales que los “señores de negro” perpetran tanto dentro como fuera de La Romareda. Lo del pasado sábado contra el Valencia C.F. fue la gota que colmó el vaso. No se puede pitar peor y más malintencionadamente. Con premeditación, alevosía y nocturnidad me atrevería a decir yo.

Que arbitrar es una tarea difícil no me cabe la menor duda, más aún cuando te acompañan tres inútiles (los dos linieres y el cuarto árbitro) pero de la dificultad a la malversación o al fraude hay un gran trecho. Y lo que viene sufriendo nuestro Real Zaragoza este año con los arbitrajes pasa ya del error humano a la trampa o a la trapacería, como dicen en mi pueblo. No puede ser que todas las equivocaciones vayan en una misma dirección, YA BASTA señores, ¡YA BASTA!

Lo que no han conseguido las distintas asociaciones que giran alrededor de nuestro Real Zaragoza lo va a conseguir el estamento arbitral, unirnos todos los zaragocistas en un único objetivo: terminar con los abusos que estamos sufriendo jornada tras jornada.

Está claro que nuestro club es incapaz de dar un puñetazo en la mesa y transmitir a los responsables de todo este latrocinio lo que la afición sentimos. Por ello hemos de ser nosotros mismos los que mostremos nuestra mayor repulsa a lo que está ocurriendo.

No, lo nuestro no es victimismo como el de Real Madrid o F.C. Barcelona, lo nuestro es una demanda de justicia. De justicia y de respeto. Respeto a más de 80 años de Historia. Respeto a un club y una afición que hemos sido modelo de señorío, humildad y nobleza tanto dentro como fuera de los estadios. Por eso decimos BASTA YA. Porque ya estamos hartos sólo pedimos y necesitamos una cosa: JUSTICIA.

A día de hoy el zaragocismo ha hecho de esa necesidad: UNIÓN y VIRTUD.